miércoles, 30 de junio de 2010

El suelo me pertenece...

... y por ende, todo lo que en el cae.
Míos son los calcetines que se te van escurriendo por el pasillo cuando llevas el murruño de ropa sucia a la lavadora. Míos los papeles que tiras sin querer desde tu mesa. Mías las pinzas de la ropa que se precipitan desde los tendederos de las vecinas del cuarto. Mías las mierdas de las palomas. Sus plumas, mías también. Alfileres, etiquetas recién cortadas, pajitas de plástico, cuchillos (vivo en constante peligro), mondas de patatas, (por supuesto) comida, correspondencia, monedas, tapones de botellas.

Ándate con cuidado, no te te vayas a tropezar. Si caes, serás mío también.

sábado, 19 de junio de 2010

Operación Bikini

Yo ya he comenzado a introducir más vegetales en mi dieta...




Es más sano (no para la planta)...



... y más digestivo. Os lo recomiendo.

martes, 8 de junio de 2010

La noche me confunde

Eso piensa de mí esta familia que me ha tocado porque, últimamente, cuando me quedo dormida en el sofá o en la cama de Tere y luego van a buscarme para llevarme a mi cuna -que según ellos es donde debo estar... pfffffffff!- me revuelvo, ladro e intento darles algún que otro mordisquín (... quejicas...). Pero no es que la noche me confunda, no señor, que además me oriento mejor que ellos en la oscuridad, sino que es puro mosqueo el que me tengo. ¿A quien le gusta que, cuando estás profundamente dormido, inmerso en tus sueños perrunos, imaginando que te vas con Idéfix a cazar jabalíes por los bosques de la Galia, vayan y te despierten? A nadie, ¿verdad? ¡Pues a mí menos! ¬¬

 Y dirán ellos "pues si tanto te molesta, ¿por qué no te quedas dormida directamente en tu cuna y así nadie te tiene que llevar?". Pues porque me sale el carácter inglés: soy muy exquisita y me gusta dormir sobre colchón y no sobre una triste espuma forrada de tela, qué le voy a hacer. Pero claro, a ellos no les convence esta explicación... Y no lo entiendo, de verdad.

Cuando ellos se quedan dormidos en el sofá, con esa cara que es la viva imagen del relax, con esas bocas abiertas con su correspondiente hilillo de baba precipitándose hacia el tapizado, con esa respiración fuerte y profunda (ronquidos en toda regla) y algo les despierta, les llevan los demonios. Es más, si después de eso se van a dormir a su cama, no consiguen conciliar el sueño. Entonces, ¿por qué me lo hacen a mí?

Y es que es algo muy común en la raza humana hacerle al prójimo lo que no les gusta vivir en sus carnes. Ay, qué fácil es quedarnos en nuestro sitio y no ponernos en el lugar del otro, y criticar, juzgar y culpar sin darnos cuenta de que incurrimos en los mismos errores. Si ya lo dice el refranero popular (uno de los más sabios inventos del hombre): ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en su propio ojo...



Pero se van a enterar. Pienso despertarme todas las noches a las 5 a.m. a darles la turra. A ver si les confunde o no la noche a ellos.

martes, 1 de junio de 2010

Los papeles a la papelera (WTF!)

¡¡¿Por qué?!! ¿Por qué tiran ese suculento y sabroso entremés? Es un desperdicio total y absoluto, además en los tiempos que corren, con la de hambre que se pasa...
Me encantan los papeles de toda clase, color y forma. De hecho es la celulosa lo que me priva. Servilletas, kleenex, post it, papel higiénico o de cocina, cartón, folios, cartulina... todos ellos deliciosos bocados que los humanos tiran en ese invento diabólico: la papelera.

En esta casa mía ya me la han jugado en varias habitaciones comprando papeleras con tapas que me alejan de esa delicatessen, pero aún queda una desprotegida y tarde o temprano sucumbirá entre mis mandíbulas.

La guerra ya ha empezado...