jueves, 11 de noviembre de 2010

Se acerca la Navidad

Lo queráis o no, el olor a turrón ya llega a mis fosas nasales. En las calles están colocando las luces y pronto los escaparates estarán repletos de propuestas para lucir bien en estas fiestas.
En casa, la cercanía de la Navidad a penas se nota salvo por la creciente intranquilidad que irradia mi tita Tere, lo cual resulta extraño conociendo su creciente animadversión por esta época del año. Alguien que no la conociera se volvería loco tratando de entender la razón, pero para mí Tere es un libro abierto y sé que, aunque no le gusta la Navidad propiamente dicha, sí le gustan algunas de las tradiciones que conlleva, como el hacer regalos, hacer cenas familiares, salir a brindar con champán (del malo) con sus amigas, salir con Noe en Nochevieja o, y este es el punto, decorar la casa.
Si, lo sé, sé que ese es el problema, la pregunta que estos días está tratando de resolver: ¿cómo pongo un árbol de Navidad sin que Lola lo descuartice y se lo acabe comiendo?
Francamente... ¿qué puedo decir? Si me colocan un abeto artificial, 4x4, con colgajos relucientes pendiendo de sus ramas de plástico, lo reconozco, me lo llevaré por delante y no descansaré hasta terminar con él. Ella lo sabe y me consta que está preparándose para esta batalla porque he encontrado en el ordenador estas propuestas para el árbol:

Esas bolitas de adorno serían pasto de mis dientes en cuestión de segundos, muaahahahahaha!

Este árbol sería un objetivo más difícil pero me encantaría saborear esas ramitas como palillos, uhmmm.

Os digo que se me cae la baba solo de pensar en morder esos tronquitos...


Obviamente, la tita Tere no lo pondría en el suelo y lo subiría de nivel para dificultarme la caza del árbol.
Otra de ramitas.


Esta es su opción más modesta y sosa, pero quizá la más exenta de peligro (espero que no la escoja ¬¬)


Hasta aquí he podido llegar en el espionaje de sus movimientos. Os digo desde ya que me rebelaré ante cualquier propuesta y no cesaré en mi empeño por derribar cuanto árbol se interponga en mi camino de dominar el mundo.
Muaaaaaaaaaaahahahahahahaha! Ups, mierda, Tere me ha escuchado y me ha amenazado con hacerme esto: ¿espíritu navideño? Tendré que andarme con cuidado...


Los dos primeros árboles están sacados de esta página.
El arbolito a base de troncos está sacado de aquí.

2 comentarios:

  1. Tu tía siempre puede poner un árbol navideño colgante. No me preguntes cómo, puesto que se me acaba de ocurrir. Sólo hay que madurar la idea. Entonces a ver quién iba a ser la lista de cuatro patas que se iba a hacer con él, ¿eh? Quizás tu tía respire más tranquila de esta forma.

    Por cierto, no le gusta la Navidad, ¿o no le gusta el concepto en el que se ha convertido la Navidad? Porque lo que le gusta a tu tía es precisamente la esencia de esas fechas. Dejemos el consumismo desenfrenado para aquellos marchitados. Un besazo para tu tía y un lametón de mi gata para ti, Lola xDD

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  2. Está claro que la solución es ponerlo fuera del alcance de Lola y eso está a varios metros por encima del nivel del suelo xD. Pensaremos en esa idea del árbol colgante...

    La esencia de la Navidad, ¿cual es? Se supone que es una fiesta religiosa y que en torno a ella se han instaurado unos valores de familia, amor, confraternización, ayuda al prójimo, etc. que nos pasamos por el **** el resto del año y que fingimos durante lo que duran estas fechas. Al menos la mayoría de las personas que conozco.

    Me gustan ciertas rutinas navideñas porque rompen con la mía particular. Y sí, me gustan todos esos valores de los que he hablado antes, pero sin que me los impongan desde mi propio entorno, desde la sociedad en general o desde los medios de publicidad.
    No sé si me he explicado >.<

    Besotes y saludo con la patita respectivamente xD

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