martes, 30 de noviembre de 2010

Cambios

No me gustan los cambios de última hora. Yo tenía mi vida hecha, mis ritos diarios asentados.
Echo de menos a mi tía Tere. El ir a dormir a su cama y que no haya nadie (podría quedarme, pero no es lo mismo... no tiene gracia si no hay nadie a quien poder quitar el sitio... y no hace tanto calorcito). Salir a esperarla a la puerta de casa y que no venga (con lo contenta que me pongo cada vez que viene). Sentarme en el sofá y que no me pueda arrimar a ella (con lo que me gustaba darle la brasa). Atravesarla con la mirada hasta que me de una galleta. Sus deliciosas zapatillas.

No sé donde queda Madrid, pero la odio profundamente.

domingo, 21 de noviembre de 2010

¡Por las barbas de Merlín!

Hartita estoy de Potter y compañía. Toooooooooda la semana oyendo hablar de él y del estreno de su última película, que no la "derradeira" como dicen en Galicia. En mi casa están volviendo a leer los libros ¡desde el principio! ¡Buf! Mi tía Tere se ha hecho un broche de fieltro de Harry y la he visto bosquejando a otros personajes. ¡Disparates! Laura, que no ha leído los libros y desconoce el final de la saga, está dándole vueltas a la trama y cada día sale con una teoría diferente. Que si Voldemort por aquí, que si Dumbledore por allá, que si las varitas, que si las maldiciones, que si el quiddich... ¡BASTA! ¡A ver si se van ya al cine a verla y me dejan descansar! Personas adultas como son pendientes de las aventuras de un niño mago... ¡lo que hay que ver! No sé qué le verán de especial, de verdad. A ver, dejadme que eche un vistazo...

Uhmmm....
... interesante fisonomía...

... ¡oh!...
(¡fiu fiu!)

Vaya...
(menudo perrazo)


... pues parece que la raza canina está bastante presente en las entregas de Harry Potter...
hosti, qué miedito
... guaaaau... uhmmm... Quizá deba prestarle más atención al trasfondo de la historia y... no sé, puede que Hogwarts y todo eso, después de todo, no esté tan mal... ¿no?

jueves, 11 de noviembre de 2010

Se acerca la Navidad

Lo queráis o no, el olor a turrón ya llega a mis fosas nasales. En las calles están colocando las luces y pronto los escaparates estarán repletos de propuestas para lucir bien en estas fiestas.
En casa, la cercanía de la Navidad a penas se nota salvo por la creciente intranquilidad que irradia mi tita Tere, lo cual resulta extraño conociendo su creciente animadversión por esta época del año. Alguien que no la conociera se volvería loco tratando de entender la razón, pero para mí Tere es un libro abierto y sé que, aunque no le gusta la Navidad propiamente dicha, sí le gustan algunas de las tradiciones que conlleva, como el hacer regalos, hacer cenas familiares, salir a brindar con champán (del malo) con sus amigas, salir con Noe en Nochevieja o, y este es el punto, decorar la casa.
Si, lo sé, sé que ese es el problema, la pregunta que estos días está tratando de resolver: ¿cómo pongo un árbol de Navidad sin que Lola lo descuartice y se lo acabe comiendo?
Francamente... ¿qué puedo decir? Si me colocan un abeto artificial, 4x4, con colgajos relucientes pendiendo de sus ramas de plástico, lo reconozco, me lo llevaré por delante y no descansaré hasta terminar con él. Ella lo sabe y me consta que está preparándose para esta batalla porque he encontrado en el ordenador estas propuestas para el árbol:

Esas bolitas de adorno serían pasto de mis dientes en cuestión de segundos, muaahahahahaha!

Este árbol sería un objetivo más difícil pero me encantaría saborear esas ramitas como palillos, uhmmm.

Os digo que se me cae la baba solo de pensar en morder esos tronquitos...


Obviamente, la tita Tere no lo pondría en el suelo y lo subiría de nivel para dificultarme la caza del árbol.
Otra de ramitas.


Esta es su opción más modesta y sosa, pero quizá la más exenta de peligro (espero que no la escoja ¬¬)


Hasta aquí he podido llegar en el espionaje de sus movimientos. Os digo desde ya que me rebelaré ante cualquier propuesta y no cesaré en mi empeño por derribar cuanto árbol se interponga en mi camino de dominar el mundo.
Muaaaaaaaaaaahahahahahahaha! Ups, mierda, Tere me ha escuchado y me ha amenazado con hacerme esto: ¿espíritu navideño? Tendré que andarme con cuidado...


Los dos primeros árboles están sacados de esta página.
El arbolito a base de troncos está sacado de aquí.

sábado, 6 de noviembre de 2010

De moda

Hoy ha estado Dani Martín firmando discos en el Corte Inglés de mi ciudad. Para quien no sepa quien es, es el cantante del grupo El canto del loco, que ahora ha sacado disco en solitario. No es que me guste este tío especialmente (en realidad la música me es bastante indiferente por lo general) pero una necesita estar bien informada en este mundo si quiere llegar a algo.
Como estos días el barrio ha estado empapelado con los anuncios de su nuevo disco no he podido dejar de reparar en un detalle:

Efectivamente. Dani aparece en su cartel con su bulldog Blas (fiu fiu!!!) y, tenéis que reconocerlo chicos, sin él el cartel perdería sofisticación. Y es que somos el complemento ideal que marca diferencia. Siempre hemos sido una raza muy distinguida y aristocrática, allá por donde vamos atraemos miradas y eso los publicitarios comienzan a entenderlo.

Y sí, es otra de nuestras estrategias para dominar los Medios y después... el mundoooooooo!!!

sábado, 11 de septiembre de 2010

Trabajo temporal

Siento haber estado ausente estos meses de verano, pero me salió un curro en la costa y he estado un poco ocupada...

lunes, 26 de julio de 2010

Ay omá!

Qué ricas las siestas de verano...

Intentaba mimetizarme con el entorno cuando caí en un sueño profundo

miércoles, 14 de julio de 2010

Qué buena que estoy y qué mala me encuentro...

Y es que llevo ya unos días un poco malucha, tosiendo y vomitando por las esquinas. Nada agradable, os lo aseguro. Así que me llevaron al médico para ver qué rayos me pasaba: tengo una afección en la garganta que me hace toser tan fuerte que me termina provocando el vómito, y me deja exhausta. Llevo tres días sin jugar con mis juguetes. Los cojines los robo sin ganas. Ni siquiera tengo (tanta) hambre como antes.
Ayer empezaron a darme la medicación. La esconden en una salchicha para que no me de cuenta. ¿Acaso me toman por estúpida? Pfffff! Pero me hago la longuis y me la como sin rechistar. Tengo que reconocer que desde que me la dan me siento mejor.
Lo peor es que le oí decir a la doctora que cuando se me pase del todo me pondrán una vacuna :S No es que les tenga miedo, ¿eh? (...) es que... no me gusta como... huele la consulta... sí, eso es. Además, siempre me toca esperar y las revistas que tienen son un bodrio.
Así que, queridos fans, esta es la razón por la cual no he actualizado el blog desde hace un tiempo. No tengo fuerzas ni para teclear. Pero ¡no os preocupéis! Pronto recuperaré la energía que me caracteriza y podré continuar con mi plan de dominar el mundo.

A cuidarse!

... cof cof...

miércoles, 30 de junio de 2010

El suelo me pertenece...

... y por ende, todo lo que en el cae.
Míos son los calcetines que se te van escurriendo por el pasillo cuando llevas el murruño de ropa sucia a la lavadora. Míos los papeles que tiras sin querer desde tu mesa. Mías las pinzas de la ropa que se precipitan desde los tendederos de las vecinas del cuarto. Mías las mierdas de las palomas. Sus plumas, mías también. Alfileres, etiquetas recién cortadas, pajitas de plástico, cuchillos (vivo en constante peligro), mondas de patatas, (por supuesto) comida, correspondencia, monedas, tapones de botellas.

Ándate con cuidado, no te te vayas a tropezar. Si caes, serás mío también.

sábado, 19 de junio de 2010

Operación Bikini

Yo ya he comenzado a introducir más vegetales en mi dieta...




Es más sano (no para la planta)...



... y más digestivo. Os lo recomiendo.

martes, 8 de junio de 2010

La noche me confunde

Eso piensa de mí esta familia que me ha tocado porque, últimamente, cuando me quedo dormida en el sofá o en la cama de Tere y luego van a buscarme para llevarme a mi cuna -que según ellos es donde debo estar... pfffffffff!- me revuelvo, ladro e intento darles algún que otro mordisquín (... quejicas...). Pero no es que la noche me confunda, no señor, que además me oriento mejor que ellos en la oscuridad, sino que es puro mosqueo el que me tengo. ¿A quien le gusta que, cuando estás profundamente dormido, inmerso en tus sueños perrunos, imaginando que te vas con Idéfix a cazar jabalíes por los bosques de la Galia, vayan y te despierten? A nadie, ¿verdad? ¡Pues a mí menos! ¬¬

 Y dirán ellos "pues si tanto te molesta, ¿por qué no te quedas dormida directamente en tu cuna y así nadie te tiene que llevar?". Pues porque me sale el carácter inglés: soy muy exquisita y me gusta dormir sobre colchón y no sobre una triste espuma forrada de tela, qué le voy a hacer. Pero claro, a ellos no les convence esta explicación... Y no lo entiendo, de verdad.

Cuando ellos se quedan dormidos en el sofá, con esa cara que es la viva imagen del relax, con esas bocas abiertas con su correspondiente hilillo de baba precipitándose hacia el tapizado, con esa respiración fuerte y profunda (ronquidos en toda regla) y algo les despierta, les llevan los demonios. Es más, si después de eso se van a dormir a su cama, no consiguen conciliar el sueño. Entonces, ¿por qué me lo hacen a mí?

Y es que es algo muy común en la raza humana hacerle al prójimo lo que no les gusta vivir en sus carnes. Ay, qué fácil es quedarnos en nuestro sitio y no ponernos en el lugar del otro, y criticar, juzgar y culpar sin darnos cuenta de que incurrimos en los mismos errores. Si ya lo dice el refranero popular (uno de los más sabios inventos del hombre): ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en su propio ojo...



Pero se van a enterar. Pienso despertarme todas las noches a las 5 a.m. a darles la turra. A ver si les confunde o no la noche a ellos.

martes, 1 de junio de 2010

Los papeles a la papelera (WTF!)

¡¡¿Por qué?!! ¿Por qué tiran ese suculento y sabroso entremés? Es un desperdicio total y absoluto, además en los tiempos que corren, con la de hambre que se pasa...
Me encantan los papeles de toda clase, color y forma. De hecho es la celulosa lo que me priva. Servilletas, kleenex, post it, papel higiénico o de cocina, cartón, folios, cartulina... todos ellos deliciosos bocados que los humanos tiran en ese invento diabólico: la papelera.

En esta casa mía ya me la han jugado en varias habitaciones comprando papeleras con tapas que me alejan de esa delicatessen, pero aún queda una desprotegida y tarde o temprano sucumbirá entre mis mandíbulas.

La guerra ya ha empezado...

miércoles, 26 de mayo de 2010

Mala pata

La energía me puede. A veces me dan prontos, lo reconozco, y no sé dosificar mi fuerza. Pierdo el norte cuando me entra ese no se qué que qué se yo y ¡brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! ¡ tengo que liberarme! Y claro, no calculo. Se me nubla la mente, las coordenadas desaparecen y ¡zasca! El suelo, las paredes o las puertas diabólicas vienen a por mí.
Eso es más o menos lo que pasó hace unas semanas, cuando estaba yo subida a la cama de Fran haciendo de mis trastadas, cuando me vino el subidón, perdí cualquier noción espacio-temporal y me caí de allí arriba. Sí, hablando mal y pronto, me metí una buena hostia.
Al principio no parecía nada grave. El subidón me duró un poco más y yo seguí a lo mío. Cuando volví a casa ya la cosa se empezó a poner chunga. Me empezaba a doler la pata trasera de la izquierda así que intentaba no apoyarla demasiado. Pero lo realmente malo llegó a la noche. El golpe se me había enfriado y con cada movimiento veía las estrellas.
Me levanté para despertar a la tía Tere y ella enseguida se dio cuenta de que algo no iba bien. Me llevó a la cama y estuvo allí un rato conmigo. Finalmente, aunque entre dolores, pude conciliar el sueño.
A la mañana siguiente me llevaron al médico y vieron que tenía la pata inflamada, así que me recetaron unas pastillas enormes que debía tomarme cada 24 horas.
Ya llevo así 2 semanas y todavía no tengo la pierna bien curada, aunque ya noto mucha mejoría. De hecho ya he vuelto a las andadas...
Pero desde aquí quiero enviar un mensaje de calma y de positivismo a mis admiradores, pues de todo lo malo siempre se saca algo bueno. Estoy bien, me miman un poco más y lo mejor de todo es que me dan las pastillas incrustadas en salchicha. No sé cómo me lo monto, y está mal que yo lo diga, pero es que siempre salgo ganando. Muaaaaahahahahahaha hahaha haha ha!

En uno de mi saltos contra un paparazzi, cuando la energía me sobreviene y nada puede pararme

martes, 18 de mayo de 2010

Ábrete Sésamo... ¡o ciérrate de una vez!

Están por todas partes, interceptando el paso, marcando espacios de luces y sombras, acumulando pelusas en sus bordes, dando cobijo a arañas diminutas que se cuelan por sus marcos, y se han propuesto arruinarme la vida. Son... las puertas.
Inventos demionacos, sin duda. Cuando están cerradas me siento prisionera. Cuando están abiertas parecen inofensivas, pero a mí no me la cuelan. Pero el momento de mayor peligro es cuando están entreabiertas. Me sacan de mis casillas con sus insolentes esquinas de madera que me inivitan a mordelas, lanzarle zarpazos, gruñirlas, echarles mal de ojo y todas las maldiciones perrunas que conozco.
No sé si es ese halo de oscuridad y misterio que deja pasar una puerta a medio cerrar (o a medio abrir) o si es esa agitación que se produce cuando hay corriente lo que me crispa los nervios.
Da igual. Seguiré luchando contra este artilugio del averno sin descanso!!!!


Al menos hasta que Arturo me eche de casa por destrozar sus muebles :S

sábado, 8 de mayo de 2010

Más raros que un perro verde

Ayer, mientras desayunaba con Tere, escuché a un tipo decir en la tele que al final todos las personas buscaban lo mismo: exclusividad. La afirmación me dejó bastante pensativa. Hasta se me cayó una bolita de pienso de la boca.
Así que, la gente pide que se cumplan derechos universales, iguales para todos, la misma consideración, el mismo trato, intentan sentirse incluidos en grupos, en comunidades que comparten sus intereses... pero resulta que lo que quieren en el fondo es hacerse con algo que los haga diferentes al resto. Y en esa carrera hacia la singularidad hacen cosas absurdas como mandar que alicaten una piscina con adoquines de oro, o que incrusten diamantes en un vibrador, o que se tatúen un ojo, o ponerse las tetas más grandes que la de al lado... Tú también tienes esto, pero el mío es mejor porque es lo mismo pero distinto. ¡Chúpate esa!
O sea, que todos los hombres son, en su esencia, iguales... pero quieren ser diferentes. Y los que se sienten diferentes... quieren sentirse iguales al resto. La verdad, no lo entiendo. No comprendo ese afán de añadirse y rodearse de diferencias artificiales con la única meta de creerse únicos. ¡Pero si ya lo son!
Pienso que la exclusividad la llevamos inscrita en la piel. Mi exclusividad radica en el hecho de que no hay otra como yo y nunca la habrá. Paseo mi exclusividad innata por todas partes desde que nací y maldita la hora en que tenga que ponerme el pelo verde para sentime distinta.
Están locos estos humanos...

viernes, 16 de abril de 2010

Monedas al aire

Hace mucho que no actualizo, lo sé, pero es que he estado muy ocupada entre el médico, mi hueso rojo y los nuevos calcetines de Laura (no he podido soportar esos colores vivos y he caído en la tentación). Pero hoy alguien necesita de mis ánimos, así que he decidido dejar a un lado mis asuntos y dedicarle esta entrada.

Os he hablado de Laura y de Fran, que son mis padres a efectos prácticos, he mencionado a Manoli y a Arturo, que son como mis abuelos, pero todavía no os he hablado de mi tía querida: Tere.

Cuando me conoció yo tenía 2 meses y llevaba 3 días en casa. Fue un fin de semana, cuando ella volvía de Madrid (un sitio demasiado grande, atestado de gente, coches y perros,  por lo que me cuenta a veces). Al entrar en casa todos la miraron con cara divertida hasta que alguien le dijo "Mira, mira lo que ha traído tu hermana". Ella se asomó a mi antigua habitación, observó un montón de pelo acurrucado en una especie de nido de peluche y exclamó un "¡Pero eso qué es! ¿un conejo?".
No voy a negar que me dolió. Yo era esa cosa peluda que se hacía la dormida... por eso las primeras zapatillas que ataqué fueron las suyas. Y sus calcetines. Y la madera y las paredes de su habitación. Y su silla de ruedas. Y su papelera... ¡pero ese no es el tema! El caso es que cuando por fin me levanté de la cama y fui a saludarla, esto es lo que vio:



Y, claro está, no opuso resistencia. Porque sí, esa es una de mis miradas tiernas con la que a partir de ahora dominaré vuestras almas... pero me vuelvo a desviar del tema.
En cuanto la conocí, supe que tendría una aliada en ella. Lo que no sabía entonces es que tendría una amiga para siempre.
Apoyó mi permanencia en la casa. Cuando me despertaba a las 6:00 a.m. con ganas de ir al baño, ella se despertaba conmigo sin refunfuñar. Corre conmigo en el patio como la que más (aunque no puede seguir mi ritmo, la pobre). Y cuando cojo el hueso rojo y tengo ganas de pelea, es ella la que me sigue el juego. Además me deja subirme a su cama (algunas veces) y me dice cosas bonitas mientras me quedo dormida.

Hoy necesita ánimos, así que la mimaré todo lo que pueda y le daré tregua a sus zapatos... Eso sí, un bocao a los papeles de la papelera no lo perdono. ¡Vamos Tere, lanza las monedas otra vez! Y a ver qué te depara de nuevo la suerte.

P.D. Un dato informativo: el collar rosa que llevo en la foto ya no me entra ni en una pata.

viernes, 19 de marzo de 2010

You're simply the best

"Yo soy tu padre."
Qué gran frase, ¿verdad? Quizá la más famosa del cine, la que conoce todo el mundo. Ese momento estelar de reconocimiento paterno, la carga emotiva, la sorpresa del espectador hasta que es consciente del significado de esa frase. ¡Qué levante la pata quien no haya imitado la voz de Darth Vader pronunciando esas palabras!
En un día como hoy no he podido evitar que se me venga a la cabeza. Porque, por si a alguien se le había olvidado, hoy es el día del padre. Por eso hoy doy un salto en la línea espacio-temporal que estaba siguiendo en la historia de mi vida, para contaros un detalle sobre mí.

Aquí donde me veis, soy una perrilla afortunada. Provengo de una familia de lo más cool. Mis progenitores son Argarain Go Deep Impact (menudo nombrecito, ¿eh?) y Sona, dos bulldogs ingleses de pura raza. No es por parecer vanidosa, pero he visto fotos de Argarain ganando campeonatos. Todo esto signfica que, dada mi procedencia, tengo pedigree. Pero eso es todo lo que puedo decir de mi familia perruna. Me dieron la vida y estos genes serranos que me hacen irresistible, y les estoy muy agradecida por eso, pero ahí queda la cosa.
Mi familia de verdad es otra.

Os he hablado muchas veces de Laura que para mí, lo digo desde ya y quede claro, es mi verdadera madre. Ella me acogió aquel día memorable y desde entonces me cuida, me protege, me enseña el camino correcto con dulzura pero también firmeza (porque reconozco que a veces soy una rebelde sin causa). Pero casi no he hablado de la otra persona clave en mi vida.
Acompañó a Laura el día en que me adoptaron y si no hubiera sido por él yo no estaría ahora mismo en esta casa. Me deja montar en su coche, y no estoy hablando de cualquier lata con cuatro ruedas, sino de un cochazo tan alucinante que cuando salgo a la calle me parece verlo por todas partes de las ansias que tengo de que aparezca. Sale conmigo a pasear sobre hierba, que me encanta, y demuestra su confianza en mí dejandome libre sin correa (por eso cuando voy con él nunca me escapo, no quiero decepcionarle). ¡Me lo paso pipa con él! porque juega un montón. Él sí que sabe seguirme el rollo. Me da achuchones cada vez que me ve. Viene con Laura y conmigo al médico cuando me pongo malita. ¡¡¡Y siempre huele requetebién!!! Lo quiero mazo. Es tan importante para mí que nunca, nunca, nunca jamás morderé sus zapatos, porque sabedlo todos: Fran, tú eres mi padre.

¡Feliz día!

domingo, 14 de marzo de 2010

Bienvenida a la familia

Superada la primera noche, Laura amaneció con las ojeras más grandes que jamás ha tenido y con los nervios a flor de piel. Pero no era la única, claro. Una servidora tampoco pegó ojo.
La casa comenzó a llenarse de los primeros sonidos del día: pasos de zapatillas arrastradas por el pasillo, la puerta del cuarto de baño, un bostezo, el café subiendo, el (excitante) crujir del plástico de la bolsa de las magdalenas (ah... cuánto he llegado a amar ese sonido). Laura se sentía cada vez más y más nerviosa. ¡¡¿Por qué?!! Yo por entonces no lo comprendía, pero más adelante supe que mi llegada a casa había sido una incursión furtiva y que carecía de la aprobación familiar, así que Laura tendría que enfrentarse ella solita al momento de mi presentación en sociedad. ¿Cómo lo haría? ¿Esperaría un poco más? ¿Lo haría ya? Laura pensó que cuanto antes mejor, así que me tomó en brazos y se presentó conmigo en la cocina.
Cuando Manoli se dio la vuelta me encontró de golpetazo, face to face, "¡sorpresa!".
-No puede ser -dijo Manoli con cara de haber visto a un perro fantasma.- No, no, no -continuó diciendo.- No puede ser. De ninguna manera. No, no, no.
Y así se estuvo un rato, como si se le hubiera rayado el disco. Tanto tiempo que Laura se sentó en el suelo conmigo a la espera de que Manoli pudiera articular alguna otra frase.
En estas apareció un tipo enorme en el umbral de la puerta. Llevaba una bata verde y el pelo todo alborotado. Noté como Laura se ponía un poco más tensa y yo me acojoné con ella, las cosas como son (entonces era pequeña y débil, y ese tío era como un coloso para mí). Pero entonces ocurrió algo maravilloso: el gigante, de ahora en adelante Arturo, me descubrió y se echó a reír.

En situaciones delicadas los humanos a veces se comportan de maneras inesperadas. ¿Quién hubiera dicho que la persona más reacia a tener compañeros perrunos en casa se convertiría en mi mayor aliado? Conquistando a Arturo tenía la entrada directa a la familia. Ahora sólo tenía que ganarme su cariño para que me aceptaran como un miembro más y poder acceder así a su mayor tesoro: sus calcetines. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Continuará...

martes, 9 de marzo de 2010

Mi nueva casa

La primera noche que pasé en el que sería mi nuevo hogar no fue nada fácil. Para mí todo era extraño. No conocía los olores, ni los ruidos, el espacio era mucho mayor del que había tenido hasta entonces, había objetos por todas partes que no conocía. ¡Todo me resultaba terrorífico! Todo excepto Laura.
Me aferré a ella como si me fuera la vida en ello, y ella no me dejó ni un minuto a solas. A pesar de eso no pude pegar ojo en toda la noche. Lo intentaba constantemente, pero mi sentido arácnido, que diga, perruno no me dejó descansar. Fue horroroso... y sospecho que ella tampoco pudo dormir pensando que yo despertaría con mis ladridos de cachorrito al resto de la familia.

A Laura la querré siempre por muchas razones, pero me bastaría sólo esa noche que pasó a mi lado.

lunes, 22 de febrero de 2010

31-07-2009: Ha nacido una estrella

Lamentablemente, los acontecimientos acaecidos el día de mi nacimiento los tengo envueltos en una nebulosa. Sólo recuerdo luz, mucha luz, frío y ruido. Seguro que fue una gran aventura, pero nos quedaremos con las ganas.
Lo que sí recuerdo es la tienda, la lámpara de calor, a mis hermanos molestando alrededor (no es que fueran mala gente y yo una antisocial, es que siempre he sido un poco distante; voy mucho a mi rollo) y el enorme cristal con vistas a la calle. Fue allí cuando vi por primera vez a Laura haciendo muecas y diciendo cosas que no llegaba a oír. Para ser sinceros, al principio no reparé demasiado en ella. Tanto da un transeúnte que otro. Todos hacen lo mismo. Se paran en el escaparate, te miran, te hacen señas como si fueras un perro tonto, y luego se largan por donde han venido. Por aquella época casi ni los distinguía. Pero ella es diferente. Ella volvió a por mí. Y trajo refuerzos.
Estaba yo tomando mi baño de rayos calientes, tratando de aislarme del ruido y de las distracciones de la tienda, cuando entraron dos personas y la vida cambió por completo.
¿Pero fue tan sencillo? ¡JA! Vuestra vida es dura y competitiva, y si pensáis que la vida perruna es distinta ¡despertad! porque estáis muy equivocados. Laura quiso conocer también a un bulldog francés que tenía tantas ganas como yo de largarse de allí, así que tuve que desplegar todo mi candor para dejar bien claro que que yo era la mejor elección. Hice que me cogieran en brazos, les lancé mi mirada "tierna" (aún infalible) y un claro mensaje taladró sus cerebros humanos: "soy la perrita más adorable del mundo y si no me escogeis mi mirada os perseguirá en sueños hasta el fin de los días". Desde entonces Laura y Fran ya no pudieron deshacerse de mí... ni yo de ellos ("¡Ahí te quedas, petit bulldog! ¡Nos vemos en los parques! Au revoir!").
La verdad es que me alegro mucho de que fueran ellos, y no otros, los que decidieran quedarse conmigo. Ignoro qué estaría haciendo ahora si no me hubieran descubierto en el fondo de esa tienda, pero desde entonces, me he prometido a mí misma que jamás morderé sus zapatos (aunque a veces me cueste cumplirlo... ).

Aquí estoy haciéndome la dormida.
Por el bien de todos vosotros, todavía no os enseñaré mi mirada "tierna".